Ahora que he podido visitar algunos centros educativos y ver las diferentes realidades y escenarios de cada uno de ellos (en Educación Primaria y Secundaria), reflexionaba sobre la necesidad de repensar la vivencia y práctica de la Mediación y de cómo podemos seguir trabajando la Convivencia como estructura y eje frente a estos tiempos de incertidumbre, confusión, incomprensión, tensión… y,en definitiva, miedo que se respira en los centros educativos.

La prioridad en la Convivencia ha pasado a ser la de Aprender a convivir con el Coronavirus (quizás sobrevivir a él) desplazando otras necesidades como la de entender y comprender los conflictos para no usar la violencia en su resolución, trabajando, por ejemplo, programas de Mediación Escolar. El modelo de Mediación entre iguales que se practicaba en los patios no puede realizarse en estos momentos. El modelo de mediación formal en los institutos debe de adaptarse. Sería bueno y recomendable que, para mantener el espíritu de diálogo y cooperación,abramos espacios de escucha, de atención a nuestras emociones y malestares dentro de las aulas y seguir desarrollando así las actitudes pacíficas y mediadoras en nuestro alumnado.

Está muy bien que desde la Administración educativa se facilite el aprendizaje y manejo de las tecnologías para poder desarrollar las competencias digitales necesarias y utilizarlas en posibles futuros escenarios en los que la educación deba volver a transmitirse por otros medios no presenciales, como en los últimos meses del pasado curso.Pero no olvidemos que la Educación para la Paz, con el aprendizaje de la resolución pacífica de los conflictos y la educación de las emociones, sigue siendo necesaria en nuestros días. Necesitamos saber estar tranquilos para pensar bien y afrontar nuestros problemas desde la responsabilidad y habilidades personales. El bienestaremocional, cuidado y atención del alumnado, profesorado y  familias son la base  para un buen clima de convivencia.

LOLI